Un pequeño gesto que dura unos segundos y el mundo cambia.
Ha sido solo un pequeño gesto, uno muy pequeñito, cualquiera podría haberlo hecho; pero ha cambiado mi manera de ver las cosas.
Un gesto que me ha hecho ver la luz, percibir más sonrisas y notar más cercana a la gente, ser más consciente del camino que estoy siguiendo. Que me ha revelado que esta tarde es una tarde preciosa y que vivo en un lugar bonito.
Migos y migas: entre tanto ajetreo, me he parado en mitad de la calle y me he limpiado las gafas.
Qué bien veo ahora y qué bonito es todo, coño.
Yo se las limpio a mi madre y siempre me dice: «vaya, ahora sí te veo más linda». Creo que sigue con problemas serios de vista, pero ya sabes… el amor es más fuerte.
No comprendo cómo puede ver a través de las gafas tan sucias. Leí tu texto y pensé: «tan simple como limpiarse las gafas». Abrazo, Nati. 🙂
(Tengo que visitar más seguido el Slack porque voy lenta como tortuga).
Me gustaLe gusta a 1 persona
Madre mía (mándale un besazo a la tuya, por cierto), ¡ahora leo este mensaje!
No me han saltado notificaciones del correo que tengo asociado a este blog y como además lo tengo casi abandonado…
Jo, muchas gracias por comentar y por el abrazo, ¡recibe uno de vuelta!
Me gustaLe gusta a 1 persona