Canciones de mucho rencor y odio (pero simpáticas) para dedicar a tu ex

Él /ella, a quien tú tanto querías y por quien tanto hiciste.

Te arrancó el corazón, lo pisoteó, lo bañó en lejía, le clavó alfileres y, cuando se hartó de jugar con él, lo tiró a la basura (y, en su falta de conciencia absoluta, ni siquiera se preocupó de hacerlo en el contenedor de la orgánica).

Y luego te dirán que la mejor manera de afrontar una ruptura, cuando la relación no ha acabado bien, es no hacerte mala sangre y mantener las formas y la educación, no dejarte llevar por el rencor y el odio. 

Que si no eres capaz de perdonar, al menos no dediques ni un poquito más de tu valioso tiempo y energía a esa persona.

Que vivas tu vida de la mejor manera posible y dejes vivir al otro y blablablablá.

¡Anda ya!

Que sí, que todo eso está muy bien si eres Jorge Bucay, pero la gente normal a la que no le sirven los libros de auto ayuda, la gente como tú y como yo, lo que quiere es venganza.

Que el otro sea profundamente infeliz, que King África versione su canción favorita, que cuando salga de la peluquería llueva, que su coche arda por combustión espontánea, que se le caiga el iPhone al váter…

Pero claro, esas cosas no suceden a voluntad, así que será mejor que te busques otras vías para canalizar la rabia.

Y como todo es mejor con música y, además, bailar es un buen ejercicio que te va a dejar tipazo para arrasar ahora que vuelves al mercado del ligoteo, ahí van unas cuantas canciones de mucho rencor y odio para dedicarle a un ex… pero sin victimismos y con mucha gracia.

canciones de odio

Undershakers: Vudú

Las Undershakers son unas chicas prácticas. Ellas no están por perder el tiempo ideando maneras complicadas para hacer pagar sus fechorías al malvado que las chulee, así que van al grano: “lo he pensado y lo haré mejor, la tortura no es la solución. Me he informado y pienso hacer vudú, nadie lo merece como tú”.

Venga, pues, ¡a saquear el costurero en busca de agujas!

Paquita la del Barrio: Rata de dos patas

Además de cantante, la mexicana Paquita la del Barrio debía de ser zoóloga, dada la acusada presencia de diferentes especies animales en su canción más recordada: rata inmunda, animal rastrero, maldita sabandija, maldita cucaracha, maldita sanguijuela, alimaña, culebra ponzoñosa y, por su puesto, rata de dos patas.

¡Rata de dos patas! ¡Qué insulto original y maravilloso!

Le dan ganas a una de buscar bronca con quien sea sólo por darse el gusto de decírselo a alguien.

¿Te imaginas lo bien que se debió quedar esta señora después de soltarle todo eso al pobre que sufriera su ira?

Pero no son sus palabras lo más dañino de Paquita, sino su arte para transmitir todo el desprecio del mundo con su voz y su gesto. Y es que Paquita la del Barrio es chunga, muy chunga; ya sólo su nombre es chungo.

Para entendernos, Paquita sería algo así como la madre chunga de tu rapero chungo favorito, la que manejaría el cotarro en los bajos fondos y mandaría a un montón de pandilleros del Bronx a dormir, sin cenar ni ver la tele, marcándoles el camino a la cama a base de collejas por comer ganchitos en el sofá nuevo.

Y si Paquita te dice su célebre “¿Me estás oyendo, inútil, hiena del infierno?” (vellos como escarpias, en serio), lloras; da igual que seas un motero grandote, barbudo y tatuado al que apodan Diablo Mendes: lloras, no hay más.

Pesado: Ojalá que te mueras

Y si Paquita la del Barrio es única haciendo daño sólo con blandir el látigo de su desprecio, sus paisanos Pesado recurren a palabras mayores para expresar su rencor.

Los Pesado no se conforman con desear la muerte de la ingrata que les traicione en el amor. No, no: ellos pretenden, además, que en el más allá no la dejen entrar al cielo, se vaya al infierno, no encuentre la calma nunca, sufra mucho y en la tierra todo el mundo se olvide de ella.

¿Un deseo demasiado bestia, incluso para tu ex?

Bah, no te preocupes: ¡es una canción norteña mexicana! Y absolutamente cualquier letra o mensaje, cuando se acompaña de una melodía grupera, se convierte en algo festivo y alegre, como de cantar en el bar con los amigos un día de borrachera.

Albert Pla: Fantasma

Más despechos que perduran en el más allá.

En esta ocasión, no es que Albert Pla dirija sus energías a desear la muerte de la causante de su sufrimiento, sino que se deleita planeando cómo atormentarla desde el más allá si acaso fuera él quien muriese antes de conseguir vengarse de todo.

No parecen faltarle ideas: “bajo tu cama o en el armario, pegando aullidos por tu pasillo, mi presencia estará contigo hasta que maldigas haber nacido”.

Y es que, si Quevedo aseguraba que su amor persistiría más allá de la muerte y su cuerpo quedaría reducido a polvo, “mas polvo enamorado”, Pla nos convence de que ese polvo también puede ser polvo rencoroso.

Al igual que en el caso anterior, es maravilloso que una canción en la que alguien jura que será tu peor pesadilla pueda cantarse y bailotearse con toda la alegría del mundo. ¡El poder de la rumba!

María Jiménez: Y por todo eso

María no es de las que dejan para mañana lo que pueden hacer hoy y, al contrario que los Pesado y Albert Pla, quiere dejarlo todo bien atadito en vida.

En resumen: “y por todo eso, aunque sea lo último que haga, no quiero irme de este mundo sin escupirte a la cara”.

Una venganza no muy dolorosa, pero tan asquerosilla que resulta altamente efectiva.

Siniestro total: Bailaré sobre tu tumba

Más amenazas de muerte, pero en clave triunfal. Cantar a gritos esta canción te va a venir genial para desahogarte.

Eres consciente de que el tiempo pone a cada uno en su lugar y sabes que te alzarás victorioso cuando acabe esta batalla amorosa. Ya no serás víctimas nunca más, sino quien inflija terribles dolores al/a la innombrable… pero de manera muy creativa, eso sí.

 “Te mataré con mis zapatos de claqué, te asfixiaré con mi malla de ballet, te ahorcaré con mi smoking y morirás mientras ríe el disc-jockey… y bailaré sobre tu tumba”.

Buika: Jodida pero contenta

Pues eso, que los desamores duelen mucho, pero tú tienes tu autoestima y, por supuesto, debes tener muy presente las palabras de Concha Buika: “aunque tú ya no me quieras, a mí me quiere la vida”.

Buika está jodida, pero contenta, y le sobra orgullo para zanjar una relación en la que no recibe lo que merece: “y en este planeta mío, ése que tú gobernabas, yo ya he clavao mi bandera, tú no me clavas más nada”.

¡Y olé!

Camela: No te acerques a mí

Rey de las gasolineras, orgullo, hacedor y máximo exponente de la techno-rumba; el grupo Camela dejó a un lado sus lloriqueos y lamentos habituales para componer esta canción que viene a ser un aviso.

Y es que solo tienes que aguardar pacientemente a que llegue el día en que las tornas cambien. Entonces, por fin, podrás disfrutar del gran placer de decirle a quien ha sido la causa de tus desvelos que ahora eres tú quien no quiere saber nada de su mezquina persona.

Y no te va a dar ninguna pena, es más,  lo vas a disfrutar.

Así imaginan cómo será ese momento la gente de Camela: “…y entonces yo te diré que no te acerques a mí, me quedaré sonriendo para verte sufrir”.

Ah, dulce venganza

Amparanoia: Que te den

¡Venga, que esto ya está casi superado!

Poco más que decir para resumir lo que sientes tras todo lo que te ha hecho pasar.

Amparo Sánchez, vocalista y alma de Amparanoia, nos cuenta en esta canción que lo pasó fatal cuando su churri la dejó, pero que ahora, después de un año, ya le ha olvidado y todo le va estupendo.

De hecho, tan bien le va, que puede marcarse la siguiente vacilada: “y si pasas por mi puerta, verás siete u ocho ahí esperándome para bailar, ir a la discoteca, tomar cerveza o tomar el té”.

Chincha rabiña, que soy muy popular, tengo muchos planes y un montón de hombres que saben que soy la monda rogando que les preste atención

Lo dicho: “adiós, mi corazón, y que te den, que te den por ahí; que no me supiste dar ni un poquito lo que te di a ti”.

Y alegría.

Pedro Infante: Fallaste, corazón

Y si Amparanoia está superfeliz de poder restregarle a su ex lo bien que le va sin él, otra gente habrá más retorcida que se deleitará saboreando el actual sufrimiento de su antiguo amorcito.

Nada, ¡NADA! sienta mejor que ver cómo el desamor se apodera del corazón de aquel o aquella de quien llegamos a pensar que no tenía tal órgano y, parafraseando a Pedro Infante en esta bellísima canción, poder decirle eso de “maldito corazón, me alegra que ahora sufras”.

Justicia poética.

Bom Bom Chip: Déjame en paz

Vale, seguramente, esta no sea una canción de desamor y es más probable que fuera compuesta para quejarse de algún amiguito de clase. Pero es fácilmente aplicable a un/a ex pesado/a de esos/as que pretenden volver a tu vida cuando ya has superado la ruptura, vuelves a ser feliz y no quieres saber nada de su persona.

Además, es imposible resistirse a versos tan currados como “Rollo, rollo, eres un rollo; deja que me coma el sándwich de pollo” o “Vete, vete con tu rollete, deja que esté solo hasta las siete”.

Win por ultra combo.

Parálisis permanente: Autosuficiencia

Fin del calvario y redención total. Ya eres autosuficiente, ya no necesitas más de ese ser horrible que un día te amargó la existencia.

Dirán las malas lenguas que no te has recuperado de la ruptura tan bien como crees… ni caso.

Al desaparecido Eduardo Benavente, de Parálisis Permanente, le decían lo mismo. Y total, solo por ir pregonando que se pasaba los días encerrado en casa, cortándose con cuchillas de afeitar, bañándose en agua fría sin parar y escuchando cintas con su propia voz.

Pero tú sabes que ninguna de las locuras que hagas significa que no estés disfrutando a tope de tu soltería. Tú ahora estás disfrutando de ti mismo.

Como cantaba Eduardo: “me miro en el espejo y soy feliz, y no pienso nunca en nadie más que en mí”.

*A quienes gusten del romanticismo, San Valentín, las ñoñerías y no estén resentidos con el amor les sugiero la lectura de la anécdota real que relato en la entrada anterior a ésta, también publicada de cara al día de los enamorados: Y yo te miro desde esta distancia

10 comentarios sobre “Canciones de mucho rencor y odio (pero simpáticas) para dedicar a tu ex

  1. Madre mía Nati, la rata de dos patas es que literalmente «me ha vuelto loca», que sepas que aquí tienes una nueva FAN incondicional… A mí es que es ver a una pareja pastelosa, y me dan ganas de ir al baño… Esto me lo tengo que mirar… Un abrazote!!!

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    1. Si la gente se insultara más, habría menos violencia física, menos ansiedad y menos depresiones.

      «Rata de dos patas», insulto maravilloso…

      Abrazote, Noelia, muchas gracias por comentar 😀

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  2. Bastantes meses después de la publicación, he llegado a ella buscando… ¡qué sé yo! Y me ha parecido casi absolutamente maravillosa 🙂
    Déjame solo ponerle dos postdatas que creo que echo de menos en una lista como esta, una de buen rollo y otra no tanto…

    «Todo lo que merezcas», de Xoel López:

    «Que te follen», de La Cabra Mecánica:

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