No, maldita sea, no he salido bien

Quiero denunciar públicamente a esa gente que te dice que has salido bien en una foto cuando está claro que no es así.

Esa gente que cree que te anima o está velando por tu autoestima, cuando en realidad está consiguiendo lo contrario.

Porque mirad, yo suelo salir mal en las fotos; pero mal, mal, fatal. No me reconozco en ellas.

Que vale que no seré yo una belleza renacentista, pero mi espejo me dice que tampoco soy ese engendro que gesticula en las fotografías de forma grotesca, sin brillo ninguno y con una nariz que más parece un pene torcido.

Que hay cromos de Gormiti con más presencia y estética que fotos mías, jopetas, que en mi caso lo del disparo de la cámara es literal (y dispara a muerte).

Pero ya está, no pasa nada, la de males peores que hay en el mundo… y lo reconfortante que es cuando alguien a quien conocías sólo a través de Internet por fin te ve en persona y te comenta lo que ganas al natural.

Y por eso me da mucha rabia que, cuando ya he aceptado que simplemente no soy fotogénica y señalo que he salido mal en una foto, llegue un desgraciado de estos a los que vengo a denunciar en este texto y me diga lo de «uy, qué va, si has salido muy bien».

Porque, migos y migas, cuando alguien me dice eso, lo que yo pienso es «¡Maldición! Entonces no es que haya salido mal… ¡es que soy así!»

Y claro, pues lo que hace esa persona con su comentario ridículo es hundirme en la mierda.

Todavía recuerdo cuando tuve la revelación que curó mi autoestima, maltrecha por tantas fotografías horribles: mi hermano vio mi foto de la orla (cuya visión me resultaba una experiencia más deprimente que una Navidad en casa de los Kennedy y un gran motivo de vergüenza al pensar que mis compañeros de carrera me recordarían a través de ella) y, con toda la naturalidad del mundo (y con la mejor cara de asco y desprecio que supo poner también, por qué no decirlo), exclamó que salía feísima.

Mi madre le regañó y negó sus palabras, pero yo exploté de alegría, recriminé a mi madre que tratase de censurarle y, exultante, clamé «¿Verdad? ¿verdad que salgo mal y no es que yo sea así?».

Así que no, negarle a alguien que sale como un Fraggle borracho en una foto, cuando realmente es así, no es hacerle ningún bien, es tratarle de idiota.

Y por eso, personas objeto de mi denuncia, yo os condeno y os señalo desde mi absoluta carencia de fotogenia.

¡Vamos, hombre!

P.D. Aprovecho también para señalar a esa gente que, intentando piropear, pero careciendo de habilidad para ello, suelta cosas como lo de «¡qué guapa sales en esta foto! No pareces tú». Pfffff.